Estelas de Santa Grazi (2006). Pedro Zarrabeitia
Hace más de 10.000 años,
el simbolismo mágico o protector que atribuían nuestros antepasados a las
representaciones de determinados animales de su entorno, quedó admirablemente
plasmado en las pinturas rupestres de las cuevas de Santimamiñe, Ekain,
Isturits, etc.
Estos dibujos sobre
piedra en los lugares más profundos de las cavernas donde habitaban, formaban,
al parecer, parte de sus ritos funerarios y de las plegarias a sus dioses,
pidiendo ayuda para asegurarse los medios de subsistencia y protección para el
espíritu de sus muertos, en su viaje por la otra vida.
Pasaron los siglos,
mejoraron las condiciones climáticas y el hombre abandonó las cuevas como lugares
de vivienda y de enterramiento. Quizá siguieron pintando sus animales de rito y
cacería sobre el suelo o en los árboles, en las piedras o en los huesos, pero
no han quedado restos de tales manifestaciones.
En algún momento de la
II Edad de Hierro –siglos V al I a. C.– aparece por estas tierras una nueva
representación animal con las mismas apariencias de símbolo protector, mágico o
funerario. Es el ídolo de Mikeldi, encontrado en Iurreta, a no más de 20 Km. de
uno de aquellos primitivos santuarios.
Única en su estilo en
Euskal Herria, esta escultura está emparentada con las más de 300 con forma de
toros o verracos repartidas por la Península Ibérica, especialmente en Ávila y
Salamanca. Se distingue de todas ellas por una especial singularidad: tiene un
disco de piedra entre las patas. ¿Podría ser un precedente de la estela
discoidal, como símbolo representativo de las creencias astrales de nuestros
antepasados?. Lo cierto es que a partir de esa época empiezan a aparecer por
estas tierras las primeras estelas funerarias con forma de disco.
Las estelas discoidales
de comienzos de nuestra Era presentan decoraciones muy esquemáticas de
simbología astral, normalmente con formas geométricas sencillas, que perdurarán
durante toda la vida de las estelas. La representación de animales, aparecerá
con frecuencia en las estelas tabulares de inspiración romana de la misma
época, pero no se dará en las discoidales hasta muchos siglos después, cuando
la religión cristiana se extienda por Euskal Herria, incorporando la iconografía
propia de las nuevas creencias a los ritos funerarios.
La representación de
animales es muy rica en la simbología cristiana. El cordero, el león, el toro,
el pez, la serpiente y un buen número de aves, están presentes en su imaginería
desde los primeros tiempos del cristianismo, cuando la transmisión del mensaje por medio de imágenes simbólicas
era más eficaz, universal e incluso menos peligrosa que el uso de la palabra
escrita. Los animales de todo tipo, utilizados en la decoración de las iglesias
medievales, pudieron ser muchas veces inspiración para la ornamentación de las
estelas, aunque también se podría decir que en algunas de ellas no está muy
clara su relación con la simbología cristiana, atribuyéndose quizá su empleo a
antiguas costumbres o supersticiones populares. Vamos a ver en las páginas
siguientes tres apartados con una muestra de las representaciones que más se
repiten: las aves, el cordero místico y otros animales.
Agnus Dei
El cordero es uno de los
símbolos más antiguos de representación de Jesucristo en los primeros tiempos
del cristianismo, como animal puro e inocente sacrificado por la salvación de
los hombres. Anunciado desde la antigüedad por los profetas de Israel, se
manifiesta expresamente como tal imagen en los textos evangélicos y en el
Apocalipsis.
“Al día siguiente, vio
venir a Jesús y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo” (Juan 1,29).
”La ciudad no había
menester de sol ni de luna que la iluminasen, porque la gloria de Dios la
iluminaba y su lumbrera era el Cordero” (Apocalipsis 21,2-23).
Llama la atención la
inclusión del cordero en la decoración de estas estelas discoidales en épocas
-siglo XVI o XVII- en que la representación de Cristo sobre la cruz estaba
plenamente extendida en la iconografía cristiana y la utilización de sus
imágenes simbólicas ya no era necesaria. Sorprende también el hecho de que la
aparición de estas estelas se dé en una zona
tan puntual de Zuberoa (v. Mapa del Cap. 10), exceptuando la estela de
Itzaltzu en Nafarroa, a la que por su parecido incluimos entre los corderos
místicos, pero que figura sin cruz. Son imágenes algo diferentes del agnus dei que podemos ver en los
abundantes testimonios de la iconografía medieval, como los medallones de las
bóvedas del monasterio de Irantzu, en los que el cordero sostiene con una de
sus patas un banderín con el signo de la cruz.
Las aves
Las aves son los
animales que más se representan en el mundo de las estelas vascas. Su capacidad
para volar, velocidad y ligereza, sus diferentes colores, su canto, las hacen
fácilmente asociables a actitudes y cualidades humanas como la libertad,
rapidez, astucia, vista, belleza, etc., y por ello son utilizadas como símbolos
en la mitología de todas las religiones. También se hallan muy presentes en la
mente popular a través de viejas costumbres y creencias, así como en las
historias de fábulas, leyendas y cuentos infantiles: el cuervo, la lechuza, el
búho, el cuco, la urraca, el ruiseñor, el cisne, la golondrina, etc.
En las casas antiguas de
Iparralde se pueden ver diversos animales en los dinteles decorados de las
entradas, donde abundan los pájaros picoteando las uvas de las parras, como
imagen de prosperidad.
En la simbología
cristiana, y directamente relacionadas con los ritos funerarios, varias aves
son especialmente significativas:
La paloma, como símbolo
de paz y de inocencia, que trajo al Arca de Noé la rama de olivo al terminar el
diluvio. Representa al Espíritu Santo.
El águila, representa a
Cristo como fuente de salvación. Es símbolo del Bautismo y también el emblema
de San Juan Evangelista.
El pavo real es en el
arte cristiano símbolo de la resurrección de Cristo.
El gallo, símbolo de la
vigilia, anunciador del nuevo día, de la nueva vida.
Otros animales
La decoración de estelas
con otro tipo de animales se aleja del canon tradicional de las estelas de
Euskal Herria. No hay signos cristianos,
ni dibujos astrales, ni geometría, ni simetría, con una aparente distribución
errática de los elementos decorativos dentro del círculo y con un significado
más descriptivo que simbólico. Es el caso de las estelas de Irulegi y de
Suhuskune donde se describen actividades de labranza o de caza.
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Estelas de Alkaine (L), Jatsu (L), Itzaltzu (N), Irulegi (NB) 2006-2009. Pedro Zarrabeitia |
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