El apartado "Estelas Discoidales Vascas" es un extracto del libro "Estelas Discoidales de Euskal Herria" de Pedro Zarrabeitia. Editorial Pamiela (2011).

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jueves, 3 de abril de 2014

Estelas Discoidales Vascas. 04 - Situación actual

Tres amigos de 400 años. Jatsu (Lapurdi) 2007. P. Zarrabeitia

La mayor concentración de estelas discoidales a lo largo del planeta se da en Euskal Herria. Esto es así, si bien la distribución en cada territorio histórico es muy diferente. De una cantidad total que hemos estimado en 5000 estelas localizadas, con carácter orientativo, más del 65% se encuentran en Iparralde (Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa), el 25 % en Nafarroa y el resto repartidas entre Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Se podría decir, a modo de simplificación histórica, que el fenómeno de la estela discoidal como monumento funerario tuvo su máximo desarrollo en los territorios que ocupó en su tiempo el Reino de Navarra, a un lado y a otro de los Pirineos, lo cual no es muy sorprendente si tenemos en cuenta que la mayoría de las estelas que conocemos son de tiempos medievales y posteriores, en la época del máximo esplendor del viejo reino. 

Debemos mencionar que en el Sur de Francia y en el resto de la península Ibérica, especialmente en la mitad Norte y Cataluña, existen también puntos de concentración de estelas discoidales, aunque en menor proporción. Caso aparte, que se merece destacar, es el de Portugal,  que con más de 1000 estelas ocupa un importante lugar en la localización de estos monumentos funerarios.  

La situación actual de las estelas en Euskal Herria varía considerablemente de una zona a otra del país.

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, las estelas discoidales antiguas han desaparecido de los cementerios. Salvo algunos escasos ejemplares que forman parte del altar o la pared de alguna ermita o iglesia, la mayor parte de su patrimonio se encuentra en los museos, Museo Arqueológico de Alava, Museo Arquológico de Bilbao y especialmente en el Museo San Telmo de San Sebastián, que alberga una importante colección de estelas, aunque hay que destacar que la mayoría de ellas proceden de Nafarroa.

En los territorios de Iparralde la situación es bien distinta. El Museo Vasco de Baiona, el Museo de Baja Navarra de Donapaleu y el Centro-Museo de Larzabale, disponen de colecciones interesantes aunque discretas, en relación con el extenso patrimonio de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa, de donde proceden. La gran mayoría de las estelas permanecen en los cementerios o en zonas anejas a la iglesia, lo que mantiene vivo el ambiente de su entorno natural, el espíritu doméstico y recogido de los antiguos cementerios rurales vascos. En algunos pueblos estos cementerios están ajardinados y las viejas estelas ocupan un lugar preferente. Sin embargo, en otros lugares, más alejados de las rutas turísticas, hay que lamentar un cierto abandono.

La situación en Nafarroa es partícipe de ambos enfoques en la administración de su patrimonio. Por un lado, el Museo de Navarra conserva una excelente colección de estelas discoidales medievales, hoy en día almacenada, a la que podemos añadir los ejemplares celosamente guardados por instituciones como el monasterio de Irantzu, el convento de San Francisco de Sangoza o la Casa de Cultura de Tafalla. Por otro lado, es destacable el esfuerzo de algunos pueblos como Abaurregaina, Etxalar, Aurizberri, Bera, Xabier y otros, en mantener en zonas ajardinadas próximas a la iglesia, las estelas retiradas de los viejos cementerios. Añadiremos a esto las múltiples estelas que han aparecido y siguen apareciendo en pequeños pueblos, dispersos por todo el territorio navarro, y que se encuentran en colecciones particulares.
  
Reparto por territorios de las 1153 estelas descritas en este libro

No existe hasta el momento ningún inventario unificado que recoja las numerosas estelas discoidales que componen el patrimonio de Euskal Herria. Desde las primeras aproximaciones al tema de autores foráneos como Henry O´Shea (1889) y Eugeniusz Frankowski (1920), pasando por los trabajos fundamentales de Louis Colàs (1924) y de José Miguel de Barandiarán (1952-1970), que se ocuparon de las estelas de Iparralde, hasta los más recientes estudios, también de ámbito parcial publicados en libros y revistas especializadas, que conforman una abundante bibliografía, se han contabilizado y descrito en los siete territorios de Euskal Herria, cerca de 2500 estelas, muchas de ellas hoy desaparecidas. Otras tantas están a la espera de su estudio, interpretación y publicación. La escasa información que se puede extraer de Internet sobre el tema, así como la más que discreta dedicación de las instituciones culturales del País a través de Universidades, Museos y trabajos de investigación, hacen problemática la recuperación de este gran patrimonio y difícil la incorporación de nuevas personas interesadas en esta faceta fundamental del arte y la cultura vascas.

En el año 1979 se celebró en Lodéve (Francia) la 1ª Jornada de Estudios sobre la Estela Funeraria, reuniendo a los mejores especialistas del mundo, lo que supuso la puesta en marcha de los Congresos Internacionales dedicados al tema. Se han celebrado, desde entonces, seis congresos: Baiona (1982), Carcassonne (1987), Donostia (1991), Soria (1993), Pamplona (1995) y Santander (2002).